Libres y Locos sería ejecutado por
primera vez fuera de Monterrey, ahora tocaría el turno para los fans de la
Ciudad de México que se dieron cita en la Carpa Astros. El público ahí reunido
ya rebasaba el tercer piso y durante la mayor parte del concierto se dedicaron
a corear todas y cada una de las canciones, solo algunos asistentes eufóricos y
empapados de cerveza comenzaron a bailar y hacer un poco de slam.
El disco fue ejecutado en el orden como apareció por el año 1998,
mientras se preparaban para tocar los temas algunas remembranzas salían a
flote, un halo de nostalgia para muchos que recordaban y con una sonrisa
aquellos días donde su juventud era acompañada de estas tremendas canciones.
Así Tony y Cano nos contaron cómo con este disco se enamoraron de los hot dogs
gabachos o de como nació la historia de los personajes que aparecen en “Libres
y Locos”.
Al termino del show no podía faltar canción que está escondida, un
tema que sirvió perfectamente para despedir la noche, durante la ejecución de
esta algunos asistentes decidieron comenzar a retirarse y otros permanecieron
hasta el final, como premio al aguante lograron convencer al Gran Silencio a
rifarse algunos de sus clásicos como “Circulo de Amor” y claro “Chuntaro
Style”.
El concierto fue redondo y muy nostálgico, un espectáculo que
debería de servir para comenzar a catalogar este flamante álbum como
fundamental para comprender el desarrollo del rock mexicano, un disco muy
subvalorado que debería empezar a revalorarse para darle un justo valor en la
historia musical de este país.
Texto por: Allfred Black
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