Por: Mauricio Ortega
Corresponsal en Guadalajara
Ph:
El clásico musical de Broadway creado por Jean Poiret en 1973
llegó a Guadalajara para ofrecer una sola presentación llena de luz,
música y comedia en las instalaciones del Auditorio Telmex ante más de
4,000 personas que ovacionaron de pie a todo el elenco.
Un
telón rojo carmín con la leyenda “La Cage Aux Folles” reposaba en el
suelo del escenario mientras los asistentes ubicaban sus asientos. Una
voz femenina captó la atención de los presentes para anunciar la primera
llamada.
Dieron las 9:17 hrs cuando las luces se atenuaron para relucir un solo resplandor que proyectaba directamente al primer actor Roberto Blandón dentro
del papel de George, quien saludó al público tapatío con un bonjour.
George
comenzó con un monólogo basado en una introducción en combinación con
advertencia sobre lo que sería “La Cage”, un divertidísimo concepto de
cabaret en donde los protagonistas son simpáticos Drag Queens que
combinan el canto, el baile y el diálogo sin ningún tipo de cordura.
El
telón ascendió y dejó ver una pared de luces haciendo alusión al ya
mencionado cabaret. Fue ahí donde varios personajes envueltos en
extravagantes vestuarios bailaron al ritmo de la orquesta en vivo
dirigida por el maestro Eduardo Soto Jr.
Con constantes
cambios de escenografía y vestuario, se dejó caer el departamento de la
pareja protagonista, George y Albin, éste último haciendo su triunfal
aparición encarnado por el actor Mario Iván Martínez, quien también
interpreta al alter ego de Albin: Zazá.
Los actores,
entre anécdotas y chistes adaptados a las situaciones actuales del país,
se sumergieron en la trama al recibir al hijo de George, Michel, quien
le llega con la impactante noticia de su casamiento y la situación que
tiene con sus futuros suegros ultraconservadores, interpretados por Aida
Pierce y Moisés Suárez.
Luego de un breve intermedio,
el drama, la comedia, las lentejuelas, las pelucas y la música volvieron
a apoderarse del escenario para continuar con el espectáculo.
Sin
duda uno de los momentos que robó el corazón de los tapatíos y sobre
todo carcajadas, fue la actuación de Rogelio Suárez, quien personificó a
la simpática y coqueta mucama Silviah.
Un extraordinario
trabajo de producción, música, actuación, canto, vestuario, maquillaje y
manejo de tacón alto, hizo de este musical del agrado para el
exigente público tapatío, el cual ovacionó de pie al terminar la obra después de casi 3 horas dentro de la jaula.
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