Por Allfred Black
Ph Teatro de la Ciudad Esperanza Iris
El pasado 17 de junio el Teatro de la Ciudad Esperanza
Iris, recibió a cientos de fanaticos de la banda chilena Los Tres. Con
un sold out en el foro , se arrancó con las de festividades por el
vigésimo aniversario del exitoso Unplugged y que tendrá varias paradas
en la ciudad.
Justo a las 8:30, apareció sobre el
entarimado Juan Cirerol, músico oriundo de Tijuana que ha demostrado no
sólo estar dentro del gusto del público sino de artistas varios , que lo
han respaldado en cada una de sus presentaciones.
La actuación
del cachanilla fue en solitario, solo él y su guitarra, sin banda de
acompañamiento y fue un recorrido por su breve pero acertada carrera.
“Eres tan cruel”, “Algo que tenemos en común”, “La chola”, “I love you”, fueron algunos temas que sirvieron como preámbulo para el plato fuerte
de la noche.
El turno era de Los Tres y sin más se
postraron sobre el escenario para interpretar de principio a fin el
disco desenchufado, sin alterar su orden y con esa pulcritud
característica,desfilaron uno a uno los temas que forman parte de ese ya
disco clásico. La respuesta del público era desbordante y en todo
momento le fue imposible dejar de cantar a todo pulmón.
Las
sorpresas prometidas no se hacían esperar y aunque ya no sorprende
mucho, Emmanuel del Real del Café Tacvba apareció en el escenario para
interpretar junto a sus colegas musicales “Déjate Caer” . La primera
parte de la celebración llegó a su final con el tema “Quien es la que
viene allí” pero la segunda mitad todavía tenía sorpresas y un cierre
impecable.
Nueve temas más fueron los que completaron un
show redondo, nueve éxitos que fueron celebrados por incluirlos en esta
celebración, una parte de su última producción se asomó y otros hits que
sería imposible dejar de lado: “Quizás con quien”, “Olor a gas” de los
más aplaudidos, “Hey soledad” contó con la sorpresiva participación de
Emmanuel del Real y Juan Cirerol, y “La torre de babel” fue la última
pieza tocada por la banda, una cosa para recordar, una sola voz llenaba
todos los recónditos lugares de tan bello teatro, una sola vez se
desgarraba cantando y narrando la historia de los 50 cigarros
amontonados y del pequeño Gabriel.
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