Por: Erika Vieyra
Elpasado 26 de junio se dio una última función de una obra de teatro que refleja
el verdadero rostro de nuestro país, ya que después de llevar 4 años
consecutivos presentando La Monarquía casi perfecta, los actores Raúl
Adalid y Tizoc Arroyo dan por concluida su temporada en la sala
principal del Foro Shakespeare.
Esta obra fársica llegó a romper
esquemas del teatro en nuestro país ya que se tocan fibras muy sensibles
dentro de la política mexicana como lo es la corrupción, el manejo del
poder, la desigualdad y todo tipo de tragedias que hay en el sistema,
representado por un rey y su lacayo dentro de un foro acompañado de un
acordeonista con ojos vendados.
Siendo las 18:00 horas, sin
ningún asiento vacío da comienzo la puesta en escena, teniendo como
elemento principal una silla que pudo convertirse en muchos elementos
dentro de la obra: en trono, en atril, en vehículo, entre otros. El
humor negro fue la exposición más gratificante para todo público,
incluso se esperaban oyentes en mayoría adultos pero fue muy grato
encontrar la asistencia de público joven, la mayoría universitarios.
Fue
un ambiente bastante feliz, no había momento en que no escucharas risas
en cualquiera de las butacas. Aunque todo se prestó mucho a la sátira,
todo el suceso dentro de escena estaba lleno de reflexión sobre nuestro
mal gobierno y aunque hubo una pareja ‘madura’ al finalizar la puesta en
escena que no se sintió a gusto con el resultado de la obra, dando por
enterada a toda la audiencia presente que no era para nada aplaudible;
la función debía continuar.
Y con dos butacas vacías en el foro,
se prosiguió con la develación de placa por fin de temporada, teniendo
como padrinos a la actriz Itari Marta y al actor Bruno Bichir. Se
reconoció el gran trabajo y esfuerzo a toda la producción y entre ellos se encontraban el autor de la puesta en escena Cutberto López y Angélica Rogel encargada de la dirección.
Bruno
Bichir expresó lo siguiente: “Muchas felicidades a todos ustedes,
gracias por hacer teatro importante, gracias por hacer teatro. El teatro
tiene esa capacidad de transformar el alma y de generar importantes
reflexiones a través de emociones trascendentes y profundas ideas
inteligentes y con seres sensibles. Esplendidos actores, esplendidos
creadores, esplendidos teatreros, esplendidos seres humanos en verdad.
Arte contra la barbarie en momentos tan difíciles, tan complejos.
Y esto
es lo que somos, hacemos teatro y esa es nuestra forma de revelarnos y
de decir basta, y confiamos en que el teatro cumpla su función y que
sean ustedes los responsables ahora de salir y cambiar las cosas. Muchas
felicidades y muchas gracias por confiar en este espacio y en estos
espectadores, y es un placer y un honor estar en este mismo escenario
con ustedes. Muchísimas gracias, gracias por invitarnos, es un a
padrinaje hermoso el que estamos viviendo Itari y su servilleta, de
verdad que emoción. Que sean muchas más funciones, muchas más.
Enhorabuena y larga vida al teatro y no a la Monarquía”.
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