miércoles, 7 de diciembre de 2016

La libertad de John Lennon: A 36 años de su muerte




Por Oscar Castillo


«Cuando hagas algo noble y hermoso y nadie se dé cuenta, no estés triste. El amanecer es un espectáculo hermoso y sin embargo la mayor parte de la audiencia duerme todavía.» 

Al paso de los años, son mínimos los eventos en donde la música como armadura haya provocado un cambio en el mundo, refiriéndome a una estabilidad social, a arraigar las guerras o los confitos internacionales. La música ha sido solo el soundtrack de diversos acontecimientos y los representará musicalmente, pero nunca ha cambiado algo en la Tierra. Básicamente, la música y el arte como tal, es solo el reflejo de la realidad de nuestros antepasados, pasados, presentes y lo que esté por venir.


Sin embargo, la música, como herramienta de protesta, ha sido una gran portavoz mundial; nombres, personas, artistas, agrupaciones son reconocidos por el valor que han tenido al gritar sus críticas acompañadas de una guitarra. Para ellos, dedicamos este texto. Para uno en especial.  Treinta y seis años han pasado desde aquellos cinco balazos penetrados en la espalda de Lennon. 

Exactamente a las 10:49PM se completaría el tiempo preciso, tan preciso como la intención de Mark David Chapman de pasar a la historia como “El asesino de John Lennon”. Preciso sigue en mi mente: 56 años de la creación de The Beatles; 47 años de haberse separado de la misma; 45 años de su segundo material Imagine, aquel que pasaría a la historia; 36 años de su muerte. 

I. La muerte no cambia las personas, las engrandece. 

Dejando de lado su gran participación en una de las agrupaciones comerciales más apremiadas y adoradas de la historia del rock, John Winston Ono Lennon es identificado como uno de los músico/activistas más importantes a nivel mundial; y eso lo podría confirmar el ex presidente Richard Nixon. Después de su separación del cuarteto de Liverpool y su unión sentimental y espiritual con Yoko Ono, John dedicó los siguientes años de su vida a la exclamación de inconformidades que se presentaban en diversas partes del mundo. Acompañado siempre de su música y su esposa, Lennon dio el giro a su popularidad para terminar en un abogado de injusticias sociales que lo llevo a ser la amenaza para el gobierno de Los Estados Unidos. 

«John amaba y rezaba por la raza humana. Por favor, hagan lo mismo por él» 

Precisamente en 1969, Lennon y Ono rescataron sus talentos aterrizando sus proyectos individuales con el nombre de The Plastic On Band y su álbum Live Peace in Toronto 1969 donde adjuntaron los sencillos conmemorativos: “Give Peace a Chance” (adoptado como himno contra la guerra de Vietnam en 1969), “Cold Turkey” (documentando su síndrome de abstinencia a la heroína), “Instant Karma!”; canciones como “Working Class Hero”, una ácida protesta sobre el sistema social burgués que de hecho, el tema fue vetado en radiodifusoras por la estrofa de «siguen jodiendo [fucking] a los campesinos». 



Para el ‘71, después de lanzar su segundo álbum como solista, Imagine, el tema principal con el nombre del disco, se convirtió en la canción central en contra de todo tipo de guerras. Ese año fue difícil para el matrimonio y el gobierno americano ya que, después de que Lennon y Ono se mudarán a Nueva York, el presidente Richard Nixon comenzó una campaña insistente para lograr deportarlo. 

En realidad para Nixon, la presencia del matrimonio activista y sus expresiones artísticas en contra de las guerras y los abusos mundiales, le causaba agravios al presidente en turno. Con base a estos sucesos, Some Time in New York City fue lanzado en 1972 con melodías paradójicas y basadas en los derechos de las mujeres, las relaciones raciales, el papel del Reino Unido en Irlanda del Norte y los problemas de Lennon para obtener una Green Card. 

Para John Lennon/The Plastic On Band, Double Fantasy fue su éxito de despedida; más allá de un éxito, fue el cierre a su arte. Un tema altamente criticado y aburrido; una creación que abatía con todo ello que los dos habían logrado. Su separación de Lennon durante su famoso “fin de semana perdido” fue evidente: El tema tocaba la felicidad que los abrazaba, los recuerdos de sus últimos viajes como pareja, su euforia por el ciclo familiar y el cuadrado amoroso. Un álbum que marcaría su despedida y muerte. El mismo álbum que John Lennon le había autografiado a Chapman por la tarde antes de asesinarlo. 



II. ¿Cómo, después de la nombradía y popularidad del músico en The Beatles, terminó siendo un activista completo y sustancial hasta el día de su asesinato? 

Creo la respuesta no está tan lejos de la realidad. Tratando de apartar su severa adicción al LSD por la cual estuvo en momentos de perder su identidad y su propia vida, John Lennon saltó a un mundo inesperado pero que, al mismo tiempo, el mundo lo esperaba. La llegada de The Beatles abre el panorama de expresión musical dando la bienvenida a un género musical que hasta nuestros años sigue vigente; atacado, lastimado y vetado, pero vigente. 

La popularidad que Lennon y los otros tres obtuvieron en su país y en el resto del mundo, fue el impulso que necesitaban las ganas de Lennon para obtener lo que buscaba, al mismo tiempo su amor al enamoramiento y sus pasión por un mundo mejor le entregó su ansiedad, su deseo, su meta: Libertad. 

La Real Academia Española define “libertad” como: << Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos. // Estado o condición de quien no es esclavo. // Estado de quien no está preso. >>; A definición de los actos del británico, la palabra correcta lo define perfectamente. 

No es la primera ni última imagen pública que es despojada de su vida por el radicalismo político, por el fanatismo de sus seguidores, por antecedentes de guerra o por activismo, anarquismo o revolución. Pero Lennon abarcaba todo. De un rockstar saltó a un activista radical y de ahí a Central Park donde se hayan sus cenizas. La música nunca ha salvado al mundo de las injusticias de quienes lo habitamos, pero si ha logrado darnos la fe para continuar tratando de ser… libres. Tan solo imagina: ser un Ser Libre. 


«Siento que ahora, a los 55, tengo una mayor comprensión de lo que es una vida humana, he cambiado mucho. Estoy avergonzado. Ese es mi primer pensamiento. Lamento lo que hice.» 

-Mark David Chapman, 2010. Junta de Libertad Condicional, E.U.

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