Por: Mauricio Ortega
Foto: Francisco Martínez
Corresponsales en Guadalajara
Tras
una larga espera por fin se llevó a cabo la primera edición del
Festival Cosquín Rock en Guadalajara, un magno evento importado de
Argentina que combinó lo mejor de dos culturas al presentar un amplio
repertorio a cargo de 13 bandas en una maratónica jornada amenizada por
12 horas de música que reunió a más de 20,000 personas.
El
evento fue inaugurado a palabras del director del festival Alejandro
Tavares, quien en rueda de prensa agradeció el apoyo e iniciativa de los
gobiernos de Guadalajara, Zapopan, Tlajomulco y la Embajada Argentina.
Además se reveló que el equipo ya está trabajando en una segunda
edición que formará parte de la expansión del festival.
Las
puertas se abrieron a las 12:00 hrs para dar tiempo a que los
asistentes se acomodaran y tomaran sus lugares de posición para las
siguientes horas que prometían un exquisito disfrute de un agradable
ambiente y buena música.
En punto de las 13:00 hrs los
sonidos electrónicos comenzaron a sonar al ritmo de los DJ’S Gustavo
Rubio y José Palazzo, mismos que prepararon el terreno para las bandas
más esperadas que ya convocaban personas al frente de los escenarios
vecinos Corona y Cosquín Rock desde tempranas horas de la tarde.
Cuando
se acercó la hora de comer, los enmascarados integrantes de Machingón
se adueñaron del escenario para deleitar al público con sus
característicos sonidos mixtos y picante lenguaje para literalmente
“prender” el ambiente. Las personas que rockearon con la banda tapatía
disfrutaban del momento mientras portaban mascaras y atuendos alusivos
al grupo.
En el escenario contiguo se podía vivir la
experiencia que muchos vinieron a buscar; gozar del rock argentino, que
si bien no podemos catalogarlo como un género por llamarlo “argentino”,
si que debemos admitir que los músicos de sangre albiceleste tienen una
“chispa” que se hace distinguir de entre otras nacionalidades, y para
probarlo estuvieron bandas como Las Pelotas, La Beriso, Guasones y Los
Cafres.
Consolidados como uno de los grupos más
reconocidos de Argentina, Las Pelotas llegó por primera vez al país para
ofrecer una presentación en Carpa Astros de CDMX, dos días después
viajaron a la perla tapatía para exhibir su más reciente producción
titulada Brindando por nada, álbum que ya sonó en las giras de Rolling
Stones, AC/DC y Aerosmith. La banda regresa a Monterrey en julio de este
año.
Sin duda una de las agrupaciones que más conexión
tuvo con el público en esa tarde fueron Los Cafres, quienes con temas
como Una perla en mi vida, Casi me pierdo y Aire, lograron encantar a
las miles de almas que atentas y eufóricas atendían cada coro a la par
que alababan a Guille, vocalista del grupo. La buena vibra, las letras
apetitosas y el clima agradable hicieron de ese momento uno de los más
disfrutables del festival.
Poco tiempo transcurrió entre
cada banda pues los horarios fueron respetados casi a la perfección,
siendo entonces la puntualidad uno de los aciertos más aplaudidos del
evento puesto que en todo momento se mantuvo entretenido al oído.
Por
supuesto después de tanta energía derrochada, las personas acudían a la
zona de comida que se vio engalanada por varias food trucks y puestos
de comida que iban desde lo más común como tacos de pastor hasta lo más
gourmet como los alfajores artesanales. Los patrocinadores del evento
también jugaron un papel importante ya que con actividades y souvenirs
hacían pasar un rato divertido a los asistentes.
Regresando
a la zona de los escenarios era inevitable no prestar atención a la
tirolesa, la atracción más codiciada y envidiada que dejó a muchos con
las ganas, pues gracias a la kilométrica fila que se esparcía por todo
el campo, muchos decidieron omitir dicha atracción, sin embargo, hubo
algunos que tuvieron la oportunidad de cruzar parte del Trasloma por los
aires y sobre el público, aunque realmente la tirolesa no tenía una
altura emocionante, ya que hablamos de unos 5-7 metros.
Mientras
se formaba una postal con el descenso y desaparición del sol tras las
lomas del lugar, Cuca salía al escenario para saludar a sus paisanos
quienes con coro y baile acompañaban los estribillos más sonados de la
banda como Cara de pizza y La pucha asesina, siendo este último la que
cerrara su participación en el Cosquín.
Del otro lado
del lugar, luces azules y una atmósfera underground acogía la presencia
de Benito Cerati, quien con teclado bajo sus dedos y en compañía de su
banda Zero Kill demostró porque es contrastado con su fallecido padre.
Unas pocas personas acudieron a la carpa para atestiguar la propuesta
del rubio, quien cumplió con el público tapatío.
La
recta final llegó a las 20:10 hrs en el escenario Corona cuando su suelo
recibió a los integrantes de Café Tacvba quienes ataviados con
chaquetas deslumbrantes hicieron transmitir su mensaje a través Eres y
otros temas conocidos por todos.
La fiesta continuó con
Caifanes y su espectacular producción que incluyó la participación y
entusiasmo del público tapatío. Las miles de almas, entre saltos y cervezas
voladoras, lograron burlar el frío y el intenso viento que azotaba al
lugar. Decenas de afortunados que se encontraban en la zona más cercana
al escenario alzaron los brazos para ondear unas varas luminosas que
cumplieron la función de pincel al trazar una estela de colores al ritmo
de éxitos como Mátenme porque me muero, Viento y La célula que explota.
La noche se dio por concluida con la aparición de
Panteón Rococó quien se rindió ante el optimismo y calidez del público
que paciente esperó por la agrupación. Temas como Arréglame el alma y
Asesinos retumbaron en el Trasloma durante una proyección de imágenes de
los ex-presidentes de México, hecho que alimentó el fervor de las
20,000 almas reunidas.
El Cosquín Rock México se despidió de los tapatíos con un hasta luego, pues se fue con la promesa de regresar el año próximo.
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