martes, 21 de junio de 2016

“No éramos los mejores ni somos los peores”: LVARC (Parte 3)




Por Jaime Cortés

El siete es un número curioso, y eso que habla un escéptico. Siete notas musicales, siete días de la semana, siete artes, siete mares, siete maravillas del mundo, siete goles. Dios creó el mundo en seis días y al séptimo descansó. México no conoció la derrota frente al cuadro andino desde hacía seis encuentros…el séptimo descansó.
  1. Nadie dijo que la resaca del vino fuera peor que la del tequila. A estas alturas, la lectura del partido sigue siendo difícil. México no llegó al campo de juego, no hubo racha, historia o localía que se impusiera. En el once contra once, la superioridad rival fue grande, pero la desmoralización de los nuestros fue de proporciones épicas.
  2. Pedir la cabeza de Osorio no resulta descabellado, como tampoco su permanencia. El colombiano ha sido criticado por las constantes rotaciones o adaptaciones al rival, la demagogia y hasta (quién lo dijera, después de la granada apodada Piojo) por su diplomacia. Se le ha aplaudido una racha que se le debe a tres entrenadores y el aficionado común le dio un espaldarazo de confianza por el resultadismo al que nos acostumbró. Reprocharle algo por lo de la masacre de ayer es justo, más aún si tomamos en cuenta que no recibimos más de cinco goles en tierras estadounidenses desde hace 24 contra Brasil, que los chilenos son los primeros en anotarnos seis goles en la tierra de nuestro vecino del norte o que este es el segundo peor marcador en toda la historia del seleccionado tricolor después de un ocho a cero contra Inglaterra en el 61, amistoso, por cierto. Pero también reprocharle algo es caer en juego de jerarquías antes que la meritocracia. Firmo que el DT no contaba con que Moreno daría una de sus peores exhibiciones enfundado en la camiseta nacional, que no contaba con que Layún perdiera el sentido común, que Herrera sería el Herrera de siempre, pero sin suerte. Que sus laterales fueran incapaces de defender, los extremos no fueran asertivos o que la mentalidad (en apariencia) fuera tan frágil.
    CHILE GOLEA A MÉXICO EN LA COPA AMÉRICA
    Santa Clara, EUA. 18 Jun. 2016 (Notimex-Isaías Hernández)
  3. Moreno no existió y Ochoa no hizo lo que mejor sabe hacer, que es aguantar bajo la cabaña. Araujo se dejó la piel, tanto que considero su desempeño rescatable, pero eso es anecdótico si el bloque no ayuda. Chile abrió a México de una manera casi primaria, antes de la desmoralización la clave del partido fueron las laterales. Ni Layún, ni mucho menos Aguilar supieron contener los embates de la Roja. El desorden en la última zona no tiene punto de comparación. Sólo queda suspirar por Márquez.
  4. Herrera parece tener un lugar en el seleccionado nacional por lo que se espera que haga más que por lo que ha hecho. El jugador del Porto dejó de ser el pistón que lo llevó a Portugal hace bastante tiempo (al menos con la selección). Pero, a pesar de que a Herrera sólo se le pide una, su juego de ayer nos dejó en las sombras. Así como Herrera, Corona vive de una ruleta en contra de Canadá y el golazo que le anotó a Venezuela, me entristece decirlo por la confianza que llegué a tenerle, pero hoy, fuera de eso, sólo ha sido un jugador vistoso, pero sin pegada.
  5. La reacción desde la banca tardó y no fue la indicada. Al Gullit no se le puede confiar un cambio de rumbo, desafortunadamente el jugador chiva demuestra cada vez que se le requiere que la presión lo consume. Raúl Jiménez trajo luz a la escuadra mexicana, destacable actuación, pero sin impacto ni trascendencia. Reyes sólo fue uno más.
  6. México era la selección encendida y Chile la que daba tumbos con un nuevo entrenador; gran lección. El tricolor podría ser campeón mundial en cuanto a amistosos se refiere, pero cuando llega un examen final, como la Copa América o el Mundial, nos ponemos en modo novato y terminamos de cara al césped. Lo de ayer se puede agradecer a largo plazo, no nos vamos a poder justificar; ni #noerapenal, ni culpar al silbante o ver como una jugada individual nos rompía las ilusiones. Lo de ayer habrá que comerlo frío.
  7. Ni la Roja es siete veces mejor que México, ni este México es el peor de la historia. En el ya lejano 2014, los andinos fueron novenos y los nuestros décimos en el mundial. En la Copa América pasada, un empate a tres goles puso en tela de juicio el funcionamiento chileno. Más aún, el sistema que a nuestra selección le ha dado mejores dividendos es muy similar al de los dirigidos por Pizzi, el problema es que ellos ya encontraron su ADN mientras nosotros seguimos rompiendo procesos.
Bonus: La generación de futbolistas mexicanos es muy buena, no tan buena como la chilena, pero sí lo suficientemente buena como para competir. Lo triste es que más que una generación con sed de victoria, parece un grupo aburguesado; desde el Hernández que bloquea medios hasta el Herrera que sólo ve el resultado. Ni son los mejores jugadores cuando ganan ni son los peores cuando pasa lo de ayer, ojalá ellos aprendan que no se cambian las reglas a su contentillo, que la camiseta exige disponibilidad total y que los DT no son los que juegan los partidos.

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