Por Rony Armijo Sánchez
Corresposal en Chile
Aunque
cada vez es menos, debido a la gran cantidad de conciertos y festivales
que hay en Chile y en todo el mundo, aún se espera con ansias la lista
de los artistas que se presentarán en una nueva jornada del Festival de
Viña del Mar. Un evento que se ha convertido en uno de los más
importantes a nivel americano, transformándose para muchos en el punto
de la consolidación artística.
Todo comenzó…
Aunque no lo
crean, este festival comenzó de una manera muy diferente. Fue en 1959,
cuando la alcaldía de Viña del Mar aceptó organizar jornadas culturales y
deportivas en la municipalidad, con el nombre “Festivales de otoño,
invierno, primeravera y verano” en el mes de febrero.
Tras el
éxito de 1959 se construyó un anfiteatro en la Quinta, y este se
caracterizaba por estar hecha de madera y poseer una “concha acústica”.
Acá empezó la historia, cuando junto con aprovechar esta jornada para
dar a conocer pinturas, esculturas y cerámicas de alumnos de la escuela
de Bellas Artes, se realizó el Primer Festival de la Canción.
De
esta manera, este evento veraniego fue tomando forma y con el paso del
tiempo se pensó en grande, internacionalizándose y acaparando a miles de
personas que se interesaban por el talento artístico y musical. En 1970
se dio un gran paso, cuando La Lira y el Arpa de Oro fueron
reemplazadas por la Gaviota de Plata, ave característica de las playas
chilenas, que representan la libertad de la música y su belleza.
El antes y el después
En
plena dictadura militar el Festival de Viña del Mar tomó gran
importancia, considerando que era un escape para todos los chilenos, que
vivían bajo la represión y el asesinato, pero también fue un evento
necesario para el gobierno de Pinochet, que necesitaba esconder o tapar
de alguna u otra forma, la violación a los derechos humanos.
Fue
así como decenas de artistas del primer nivel, como Julio Iglesias,
Barry White, Jose Luis Rodriguez y muchos más, que estaban en su mejor
momento, se presentaban en el escenario a gran nivel. En ese tiempo el
Festival de la Canción tenía gran importancia, y talentosos exponentes
de todo el mundo, presentaban sus composiciones para ganar la Gaviota de
Plata, dinero y el reconocimiento de todos.
El Monstruo a Nivel Mundial
Lo que pasó con el
correr del tiempo es más conocido, hasta que en el 2002 se reemplazó la
concha acústica por un anfiteatro cerrado de concreto sólido, teniendo
una capacidad que supera los 15 mil espectadores. Cada año que pasa los
canales se pelean por adjudicarse el certamen y poner en el escenario
una gran parrilla artística para quedarse con toda la atención.
La
historia del Festival de Viña del Mar sigue creciendo, y Chile ya es
reconocido por este certamen, que cada año mejora escenario, sonido,
estructura e iluminación, para darle toda la categoría mundial que hoy
la caracteriza. Este año no será la excepción, entregando lo mejor para
los artistas que se presentarán desde el 20 al 25 de febrero.
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