Por Pablo Maldonado
El Circo de Las Pesadillas llega a la Ciudad de México para terminar una temporada exitosa en el norte del país, una obra para todas las edades en la que sin duda pasarás dos horas llena de sustos, risas, diversión y en la que propios y extraños se llevarán muchas sorpresas con una producción de primer nivel y orgullosamente mexicana.
Desde el primer contacto que se tiene con el Gran Teatro Moliere, hay una ambientación de terror, con personajes que aleatoria y espontáneamente recorren los pasillos y la recepción del lugar, dando sustos e interacción con los presentes, desde las filas para el baño o la dulcería los espectros y monstruos están presentes para no dejar la diversión ni por instante.
Una vez en las butacas del teatro, minutos antes de empezar las bestias son liberadas para provocar cualquier susto al publico, con las luces del lugar totalmente apagadas, se escabullen entre la multitud para sorprender al respetable con sus terroríficas caracterizaciones. que una vez pasado el miedo se desata la risa entre los presentes por las reacciones provocadas.
La cobra comienza con Isabella, una niña de 10 años que es arrastrada a una tenebrosa dimensión en donde todo los que te puedas imaginar se manifiesta de manera totalmente terrorífica, pero con el ingenio de hacer de una acto circense cada pesadilla de la niña.
En cada uno de los nueve actos se caracteriza a los actores circenses, de las pesadillas de Isabella, que con puro talento y destreza realizan actos de acrobacias, baile y comedia para concretar un espectáculo sin precedentes.
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