Así
como el olor a tierra con lluvia nos remonta a muchos a las tardes lluviosas en
las que jugábamos en la calle de pequeños, Tolidos,
Canseco y Bye Sami jugaron con nuestra mente la noche del viernes 26 de agosto
bombardéandonos con flashbacks de cuando eramos el “rebelde rockerito sin
causa” que todos nos creíamos en la
prepa.
Dentro
del Lunario del Auditorio Nacional, a partir de las 20:00 horas se dejó de
estar en pleno 2016 para entrar en una máquina del tiempo en mood 10 años atrás que entre cervezas, godi-millenials que se reencontraban
con los amigos de años, una oleada de ex- emos evolucionados y canciones de División Minúscula, Delux e Insite, hicieron el marco perfecto para que el adolescente
depresivo que vivía dentro de ti saliera a flote para cantar todas esa
canciones que ya habías olvidado pero que sin duda te sabes.
En
punto de las 21:00 horas, las luces se apagaron y Canseco dio la bienvenida al venue
en el que ya no cabía ni un alma, agradeciendo por estar ahí y por todavía no olvidarlos mientras
calentaban garganta para gritar a todo pulmón “quédate aquí para siempre y ya no peleamos si quieres, todas las
noches te esperaré pero vuelve…vuelve” y si, literal gritando porque el
inge de audio decidió que si no se escuchaba el micrófono se pondría más
interesante todo.
“Weeey,
esa canción se la dediqué a mi primer novia”, “weey cómo olvidar esa rola” y
más frases por el estilo se escuchaban mientras Canseco se la rifaba con “Todavía te alcanzo a ver”, “ Tú estás
más” y “Me enseñaste mal”.
Quince
minutos con las luces encendidas que en lo que te encontrabas a “x” amigo, ibas
por otra chela o corrías al baño, fue el tiempo justo para que Bye Sami saliera al escenario con más ganas de armar
el slam (por más pequeño que se pudiera armar) que otra cosa con un show de 45
minutos que para no dejar a los asistentes tan “sádicos”, cerraron la
presentación con su rola más conocida o el himno de la banda, “El cajón”.
El
acto estelar y por quien todos íbamos ya estaba a nada de comenzar y en menos
de 10 minutos se volvieron a apagar las luce al mismo tiempo que los “Luis
hazme un hijo”, “Mandro te amo”, “Gera cásate conmigo” se hacían
ensordecedores. Y fue así, como de la mano de la sonrisa más grande que le he
visto a Luis Cortés, salió la
agrupación más hit wonder del
punk-rock de nuestra adolesencia; Tolidos.
“Muchas
gracias por venir a la presentación oficial de Perdidos y Encontrados, estamos muy felices de verlos aquí, se
siente bien chido” fue de las pocas palabras que Cortés pudo pronunciar antes de inundarnos con dos rolas nuevas
pertenecientes a este material; “Uno contra el mar” y “Malos modales”.
El
viaje a nuestros recuerdos no discriminó y quiso dar justo en el clavo con “Te
amo: me odias” y “Tostadores y escaleras”, rolas que en seguida nos pusieron el
chip total de a lo que íbamos pasando por fibras sensibles con “Decisiones
adolescentes” y canciones que casi nunca tocan en vivo como “Último baile”, “No
eres tú”, “El mundo puede esperar” y el cover de oro “Si te vuelves a
enamorar”.
“Y las ganas de volver
son eternas, al menos la luna quedó en su lugar..” fue sin duda
lo más coreado por el Lunario entero y que estuvo a dos de sacarles lagrimita
de emoción a los mismos Tolidos.
Entre
“Arde en fuego” y “Huellas por rastrear” la noche se iba terminando, dando un
sin fin de veces gracias a todos por estar ahí, por llenar el Lunario y por
hacer una fiesta tan chida, además de pedir un aplauso grandísimo para el
baterista invitado.
Después
de un breve encore (literal como de
dos minutos) regresaron en mood un
poco más íntimo y acústico a enmielarnos los oídos con “Mi mejor error” y a
demostrar una vez más que la emoción de
la banda les ganó cuando Luis Cortés se bajó a cantarles al odio a todas las
que no dejaban de gritarle piropos fresas.
Éramos
alrededor de mil adolescentes (nosierto, ya dejamos de serlo) que sin importar
que tiene menos de un mes de haber salido el EP ya cantábamos “Perdidos y
Encontrados” como si fuera la más icónica del mundo, cerrando la noche con un buen
sabor de boca y los oídos y el corazón contentos de haber revivido la
adolescencia al menos por dos horas.
Texto por: Lau Rentería
PH: Christian Zárate
0 comentarios:
Publicar un comentario